Por Alberto Pinzón
Sánchez
¿Cómo, aquel
pequeño hombre de levita azul y gorra de campaña. Aquel que viene en una mula.
Ése es Bolívar? – Dijo el empenachado jefe supremo del ejercito colonial
español Pablo Morillo, cuando con más de 50 oficiales en uniforme de gala y
sobre briosos caballos se disponía a recibir la comitiva de tan solo cuatro
hombres que se aproximaba por la llanura polvorienta al caserío de Santana, a
mitad de camino entre la villa de Trujillo y el puesto de Carache, a
entrevistarse con él (el 27.11.1820), después de haber sido ratificados el día
anterior los dos tratados, uno de armisticio y otro, redactado por el propio
Bolívar, sobre la regularización de la guerra “entre los gobiernos de España y
Colombia”.
Ese fantasma
nuevamente, a inicios del tercer milenio, vuelve a recorrer los Andes
americanos y, como hace dos siglos, provoca los conjuros con que se le ha
pretendido dominar. Uno de ellos es poner a circular en diversas y masivas
ediciones un artículo “atribuido” a C. Marx, aparecido en el tomo III de the
New American Cyclopedia, enero 1858, con el fin sacar un doble beneficio:
impedir cualquier dialogo o contacto entre estos dos gigantescos hombres que
pertenecen a la humanidad enfrentándolos, sin bases serias, y de paso
desacreditarlos mutuamente.
Este es un artículo
conocido en Latinoamérica, difundido masivamente en la década de los 70 por la
editorial Argentina Cuadernos de Pasado y Presente nº 30, 1975, y que había
sido glosado desde su aparición en castellano por varios escritores. Cita como
bibliografía dos fuentes inglesas: Las memorias del general John Miller (1840),
y las del coronel Hippisley en su viaje al Orinoco (1819), además de la fuente
francesa del militar Ducoudray-Holstein (1831).
Para la fecha de
1858, cuando aparece el artículo, existían artículos pertinentes sobre Bolívar
en la enciclopedia americana, la británica, la francesa (enciclopedie du XIX
siecle), la enciclopedia Penny, el Brockhaus Conversation Lexicon, y el
Dictionaire de la Conversation. Sin embargo “con la firma de Karl Marx” aparece
un artículo en una enciclopedia norteamericana que pone en seria duda el denso
rigor científico creado por una de las mentes más privilegiadas de la época.
En efecto, la gran
pregunta que surge después de leer ese artículo es: ¿Cómo es posible que “una
maquina devoradora de libros condenada a entregarlos procesados”, como él mismo
se definía, y que para la fecha de la publicación del texto en cuestión ya
había escrito sus más importantes obras de filosofía y política, tenía listas
las “Grundrisse” así como muy avanzada la redacción de El Capital, y diez años
antes había publicado el Manifiesto Comunista, demostrando que tenía clara la
concepción materialista de la historia y de la dialéctica, hubiera escrito este
esperpento?
Cerca de 50 yerros
garrafales, que comentaré a continuación, que deforman burdamente y por
completo la realidad vivida por Simón Bolívar, hacen imposible cualquier
análisis serio y objetivo de su obra política y militar, y ponen en duda la
autoría de Marx y ni siquiera con las fuentes bibliográficas citadas se puede
afirmar que pudieron salir de su pluma privilegiada. O por lo menos yo me niego
a darle ese crédito.
* Empecemos por el título del articulo cuyos
apellidos Bolívar y Ponte corresponden a su padre y no al Libertador, quien se
apellidaba Bolívar y Palacios.
* No viaja a Europa a los 14 años de edad, sino
a los 15 y medio.
* No reside en París por años, sino dos meses.
* No asistió a la ceremonia de coronación de Napoleón
en París el (02.12.1804), pues ese día se quedó en casa con su maestro
Rodríguez.
* No regresa en 1809 a Venezuela, sino dos años
antes, y después de pasar por los Estados Unidos.
* José Félix Ribas no era su primo, sino el
esposo de su tía materna. Además, el 19.04.1810 Bolívar estaba confinado a su
hacienda del Yare por orden del gobernador colonial de Venezuela, lejos de
Caracas y en consecuencia no podía rehusarse a la “revolución que estalló en
esa capital el 19 de abril de 1810”. Por el contrario, fue su tendencia radical
a la declaración de la independencia total la que terminó imponiéndose en los
hechos.
* No se retiró a la vida privada después de su
regreso de Londres en diciembre de 1810, sino que participó activamente
organizando y asistiendo a las reuniones de la Sociedad Patriótica, desde
donde, además de orientar sobre la independencia total, allanó las condiciones
para que Miranda pudiera venir a Venezuela en donde no era bien visto, dada la
propaganda de ateo y masón y librepensador que habían hecho los colonialistas
sobre él.
* Puerto Cabello cae en manos de los
colonialistas españoles el 30.06.1812, por la traición del venezolano Fernández
Vinoni, quien les entregó por dinero la fortaleza con todo el arsenal. Bolívar
lucha más de seis días con sus tropas por recuperar la plaza y ante la
imposibilidad de lograrlo, se retira a Caracas a rendirle cuentas a Miranda. No
es cierto que los realistas estuvieran desarmados y Bolívar hubiera huido a su
hacienda en San Mateo.
* Debido a caída del fuerte de Puerto Cabello,
se precipita una capitulación por parte de Miranda el 25.07.1812, que luego el
jefe colonial español Monteverde desconoce al ocupar con sus tropas Caracas
cuatro días después. Los dirigentes patriotas se refugian en el puerto de La
Guaira, en donde existían dos autoridades republicanas: una militar a cargo de
Manuel María Casas, y otra política cuyo responsable era Miguel Peña.
Como la mayoría de
los militares patriotas, especialmente Bolívar, no estuvieron de acuerdo con la
capitulación de Miranda, pues consideraban que el ejército patriota de más de
seis mil hombres tan difícil de organizar y armar estaba intacto especialmente
en Oriente, y pensaban que reagrupándolo prontamente se podría contraatacar en
Caracas en donde no eran esperados.
Pero para eso era
necesario despojar a Miranda del mando: Montilla, Chatillon, Carabaño, Mires,
junto con Bolívar, se encargaron de dar un golpe de estado en pequeño,
desarmando y deteniendo a Miranda, contando con el apoyo de la autoridad de Casas
y de Peña. Detenido Miranda el 31.07. 1812, sin insignias fue llevado a la
guarnición comandada por Landaeta quien también apoyó el complot. Al
presentarse el jefe colonial Monteverde en La Guaira, Peña traiciona a todos
sus compañeros y se los entrega a todos encadenados.
Bolívar logra
escapar y refugiarse en la casa del magnate marqués de Casa León, amigo de
negocios de la familia Bolívar y muy respetado por los españoles, quien en los
días siguientes con la ayuda del español Francisco Iturbe, amigo de Monteverde,
logra obtener de este un salvoconducto para que Bolívar pudiera abandonar
Venezuela. No corresponde con la realidad decir que Casas y Peña hubieran
detenido a Miranda, como tampoco que Bolívar lo hubiera entregado a Monteverde
encadenado.
* Tampoco corresponde con los hechos escribir
que Bolívar permaneció seis semanas en Curazao. Allí llegó procedente de La
Guaira el 07.09.1812 y se embarcó 12 días después rumbo a Cartagena, a donde
arribó el 27.09.1812, junto con otros emigrados. Es destinado el 01.12.1812 por
el gobierno de Cartagena a Barrancas (actual Calamar) con 70 hombres (no con
800 como dice el artículo) bajo órdenes del oficial francés Labatut.
No marcha con
Manuel Del Castillo, quien era el gobernador de Pamplona, sino que es invitado
por éste a concurrir a la protección de esa provincia una vez que ha avanzado
por el río Magdalena derrotando las guarniciones realistas ribereñas y ha
llegado a la provincia de Cúcuta.
El prolongado
enfrentamiento con el rico hacendado Manuel Del Castillo se inicia cuando éste,
apoyado en su amigo el “letrado” Francisco de Paula Santander, quiere poner
bajo su jurisdicción a las tropas que traía Bolívar, y por sobre todo, se
oponen a la continuación de su marcha victoriosa sobre Caracas, la que ambos califican
de locura.
* Tampoco es cierto que viaje con su pariente
Ribas a Bogotá, sino que lo envía a Tunja con un mensaje unitario para Camilo
Torres, presidente del Congreso neogranadino y que continúe hasta Bogotá con
otro mensaje igual para Antonio Nariño, presidente de Cundinamarca. No es
cierto tampoco que el Congreso de Tunja le otorgue algún grado de general a
Ribas.
* El ejército que logra formar Bolívar durante
la llamada Campaña Admirable que concluye con la toma de Caracas, combate
exitosamente en Chiriguaná (01.01.1813), Alto de la Aguada (21.02.1813), San
Cayetano (25.02.1813), Cúcuta (28.02.1813), Agua de Obispos (17.06.1813),
Niquitao (02.07.1813), realiza la maniobra de Barinas (04.07.1813), Los
Horcones (22.07.1813), Taguanes (31.07.1813), la cual dirigió el propio Bolívar
(no Ribas) contra el oficial colonialista español Izquierdo (no contra
Monteverde, como lo afirma el artículo atribuido a Marx).
* No es cierto que se hubiera proclamado
“dictador”. El cabildo de Caracas lo nombra Libertador de Venezuela y le
confiere el mando supremo del ejército patriota.
* Hurtado de Mendoza es el apellido de dos
malos poetas españoles de tres siglos atrás. Creemos que a quien se refiere el
texto es al gobernador político de la provincia de Caracas, Cristóbal Mendoza.
* Lo que se califica despectivamente como
“escaramuzas indecisas“, fueron verdaderas batallas campales, con más de un
millar de soldados por cada bando, libradas durante la campaña de 1813 a 1814
por el control del centro de Venezuela y tuvieron la siguiente definición:
- Bárbula
(29.09.1813), victoria patriota sobre Monteverde. Muere Girardot.
- Mosquitero
(14.10.1813), victoria patriota sobre Boves y Morales.
- Barquisimeto
(10.11.1813), derrota de Bolívar y retirada a San Carlos.
- Virgirima
(25.11.1813), victoria patriota.
- Araure
(05.12.1813), tal vez una de las más vistosas victorias de Bolívar.
- San
Marcos (14.12.1813), victoria patriota.
- La
Victoria (12.02.1814), victoria patriota.
- San
Mateo (feb.-mar 1814), victoria patriota.
- Ocumare
(20.03.1814), derrota patriota.
- Bocachico
(31.03.1814), victoria patriota con grandes pérdidas.
- Carabobo
(28.05.1814), victoria brillante de Bolívar.
- La
Puerta (14.06.1814), derrota desastrosa de Bolívar a manos de Boves y se decide
la suerte de la llamada Segunda República de Venezuela.
* Bolívar en retirada es derrotado nuevamente
por Boves en Aragua el 17.08.1814, no en Arguita, lugar que no existe, el
08.08.1814, nueve días antes. No se retira furtivamente por atajos a Cumaná
como se escribe, sino a la ciudad de Barcelona junto con cerca de 500 hombres.
* Bolívar no pudo “embarcarse en el Bianchi”,
pues éste era el apellido de un corsario italiano de nombre José, quien
pretende fugarse el 26.08.1814 con el tesoro de las iglesias de Caracas en su
buque insignia. Bolívar y Mariño se embarcan en una goleta rápida en su
persecución hasta alcanzarlo. Sin embargo el corsario se queda con una parte
del tesoro argumentando pagarse deudas que el ejército patriota tenía por sus
servicios de transporte.
Dos días después,
al llegar al puerto de Pampatar y querer desembarcar, Piar los recibe con
denuestos y les impide bajar a tierra, entonces se dirigen a Carúpano donde
Ribas, el pariente y compañero de Bolívar (mencionado antes) ordena detenerlos.
Sacados de la cárcel por unos oficiales patriotas que no están de acuerdo, se
embarcan directamente hacia Cartagena. No es cierto que Bermúdez los hubiera
recibido en Carúpano porque no se encontraba allí.
En el artículo se
confunde el incidente ocurrido dos años después (22.08.1816), cuando Bermúdez,
sable en mano y aliado esta vez con Mariño, ataca a Bolívar, no en Carúpano
sino en Güira, para despojarlo del mando supremo del ejército patriota.
* Bolívar llega por segunda vez a Cartagena el
19.09.1814 y no publica ninguna memoria. Escribió una carta en el castellano
usado en esa época para tratar asuntos políticos y diplomáticos a Camilo
Torres, presidente del Congreso neogranadino que lo había facultado, explicando
sus actuaciones. Al ser calificada esa carta como “memoria de justificación
henchida de frases altisonantes” se da a entender que se conoció el texto o su
traducción, su destinatario y su fecha.
Sin embargo, el
artículo confunde esta carta con la Memoria a los Neogranadinos que Bolívar
publicó en Cartagena dos años atrás, el 15.12.1812.
* Es una gran mentira escribir que Bolívar
permitió a sus soldados saquear a Bogotá durante 48 horas después de su
capitulación. Primero, porque el gobierno (centralista) de Cundinamarca a cargo
del obstinado Bernardo Álvarez, a quien Nariño había dejado mientras combatía a
los colonialistas en el Sur, rechazó rotundamente la posibilidad de una
capitulación, razón por la cual el Congreso neogranadino (federalista) reunido
en Tunja y que constituía la autoridad aceptada por Bolívar, le ordenó tomar la
ciudad de Bogotá.
Ésta fue tomada el
12.12.1814, después de un encarnizado combate de dos días, en el que al final
hubo que luchar casa por casa, y en el cual las tropas del Congreso tuvieron más
de 300 bajas. Segundo, porque al otro día apareció publicado un “bando”
expedido por el propio Bolívar, ampliamente divulgado y documentado, en el cual
se prohibía cualquier acción de represalia y se les garantizaba a los bogotanos
su vida y sus bienes. Esta actitud le valió el aprecio que los habitantes de
esta ciudad tuvieron siempre para con él.
* A continuación el mismo Congreso
neogranadino reunido en Tunja lo autoriza a marchar sobre el baluarte que los
colonialistas españoles tenían en Santa Marta, y para lo cual debía abastecerse
con las armas y municiones que le promocionaría Cartagena, ciudad que formaba
parte del Congreso. Su opositor gratuito (ya mencionado) Manuel del Castillo,
ahora con el mando del puerto, se negó obstinadamente a entregarle cualquier
ayuda, por lo que Bolívar se vio obligado a marchar sobre Cartagena.
Mientras tanto
Pablo Morillo, quien venía con un poderoso ejército colonial de más de diez mil
veteranos españoles de la guerra contra Francia, desembarca y toma la isla
Margarita el 10.04.1814, no como lo dice el artículo 16 días antes de la
realidad.
El rencoroso Del
Castillo opone resistencia armada a las tropas del Congreso neogranadino
comandadas por Bolívar (a pesar de que Cartagena formaba parte de ese cuerpo
legislativo) desde el 29.03.1815 hasta el 08.05.1815, cuando se desata una
epidemia de viruela entre las tropas comandadas por Bolívar. Ante esta
situación él renuncia al mando otorgado por Tunja, que era lo solicitado por
Del Castillo, y se embarca al día siguiente rumbo a la isla de Jamaica.
Morillo apura, llega
a Santa Marta y de inmediato avanza a poner sitio al puerto amurallado de
Cartagena, desde el 17.08.1815 hasta el 05.12.1815, cuando finalmente se rinde.
El pacificador colonial Morillo ordena ahorcar a Manuel del Castillo con sus
odios, y pasar por las armas a los principales Patriotas cartageneros. Los
demás que logran huir, se embarcan hacia Haití donde son acogidos por el
presidente A. Petión.
* Ribas no fue
fusilado por los españoles. Mientras Bolívar estaba tomando a Bogotá (no en
Jamaica como dice el artículo) el sanguinario jefe colonial Morales, segundo de
Boves, atacaba Maturín el 11.12.1814 derrotando a Bermúdez y a Ribas, quien
huye al campo y se refugia en una pequeña casa; denunciado por un esclavo es
capturado por unos merodeadores de la región partidarios del rey español,
quienes lo asesinan y entregan su cabeza a los jefes coloniales. Estos la
fritan en aceite para conservarla y durante años la exhiben en Caracas en la
picota pública como escarmiento.
* En los Cayos de
Haití hubo una asamblea de los principales exiliados patriotas en marzo de
1816, que por proposición de Brión (no de Bolívar como se escribe) lo eligieron
como comandante de la expedición. Esta zarpa el 31.03.1816, no el 16 de abril.
* Después de la derrota propinada por el
sanguinario jefe colonial Morales a Bolívar el 14.07.1816,los 700
colonialistas no avanzaron debido a las graves pérdidas que sufrieron, lo cual
es aprovechado por los patriotas para retirarse en orden e iniciar la
evacuación de las armas y municiones que todavía se encontraban en la playa del
puerto de Ocumare en la goleta “El Indio Libre”, único buque de los patriotas
anclado allí. Pero el capitán de la marina patriota Agustín Villaret los
embarca en otros buques mercantes franceses que también se encontraban en el
puerto.
Entonces un
reconocido traidor Isidro Alzuru, edecán de Mariño y correo de Soublette,
informa falsamente que los realistas estaban ya sobre el pueblo infundiendo el
desconcierto; los barcos zaparon apresurados con las armas dejando solo en la
playa a Bolívar. Al rato vino el comandante de la costa de Güira Juan Videau en
un bote y lo rescata. Los buques con las armas y municiones fueron retomados
días después en Bonaire por Brión, quien obligó a los piratas a devolverlas.
No es cierto entonces,
como lo dice el artículo que: “Bolívar después de la derrota hubiera salido al
galope en un caballo, atravesando el puerto de Ocumare a toda carrera, llegado
a la bahía cercana, saltado del caballo a un bote para embarcarse en la goleta
Diana”.
* Cuando los colonialistas tomaron el puerto
oriental de Barcelona el 05.04.1817, Bolívar hacía diez días había abandonado
esa ciudad con sus 15 oficiales asistentes. Así que no es cierto que ese día
del asalto estuviera con el gobernador Freites, como tampoco es cierto que éste
hubiera sido degollado como si lo fue la guarnición. Freites logró salir herido
y fue capturado en las afueras de la ciudad. Conducido a Caracas, se le ahorca.
* El 20.07.1817 no se realiza ningún Congreso
en Angostura y menos se llama “Congreso Supremo de la Nación”. En Angostura se
establece en noviembre de 1817 un consejo de estado presidido por Bolívar junto
con Zea, Brión y Cedeño, a quien no menciona el artículo.
* No obstante, a fines de mayo de 1818
Bolívar había perdido unas 12 batallas y todas las provincias situadas al norte
del Orinoco”. Nada más inexacto y sin fundamento. La relación de las batallas
libradas únicamente por Bolívar, durante la llamada campaña por el centro de
Venezuela en el año de 1818 es la siguiente:
- Calabozo
(14.02), Morillo evacuó la plaza y se retiró al poblado del Sombrero.
- El
Sombrero (16.02), la caballería llanera de Páez no logra derrotar completamente
al jefe colonialista, pero éste debe continuar retrocediendo al poblado de
Villa del Cura y luego ubicarse en Valencia.
- La
Puerta o río Semén, con tilde en la e (15.03), Bolívar se retira seriamente
quebrantado hacia el Guárico.
- Ortiz
(26.03), después de seis horas de intenso combate ambos ejércitos se retiran
con grandes pérdidas.
- Rincón
de los Toros (16.04), Bolívar es asaltado en su campamento por una patrulla
realista, pero logra escapar milagrosamente con vida.
- Después
se ubica en San Fernando, y a causa de una furunculosis glútea debe permanecer
sin cabalgar. Allí se entera de las derrotas propinadas a Páez en San Carlos
(26.04), Cojedes (02.05), y de la derrota de Zaraza en la Laguna de los Patos
(20. 05). Entonces se dirige a Guayana.
Bolívar tuvo dos
derrotas. Si agregamos las de Páez y Zaraza, el ejército patriota conducido de
acuerdo al plan elaborado por él para ese año tuvo cinco batallas perdidas y en
ningún caso “12”. Además las provincias de Arauca y Casanare, ubicadas al norte
del Orinoco las conservaron los patriotas.
* Bolívar no encontró al abogado y letrado F.
de P. Santander en Angostura. Su primer encuentro fue en el poblado de La Grita
en mayo de 1813, cuando amenazó con fusilarlo, porque como vimos se opuso con
su amigo Manuel del Castillo (el ahorcado en Cartagena) a la marcha admirable
sobre Caracas. Después lo recogió en los llanos de Barcelona en abril de 1817,
cuando venía reñido con Páez, a causa de la mezquina disputa lugareña por el
poder patriota sobre las tropas en Arauca. Disputa que se vino a concluir 13
años después con la desmembración y disolución de la Gran República de
Colombia.
* Después del Congreso de Angostura, “Bolívar
puso en pie un nuevo ejército de aproximadamente 14 mil hombres con lo cual
pudo pasar a la ofensiva”. Esta desconcertante afirmación no tiene sustento en
la realidad; pues ni siquiera sumadas las tropas de los dos bandos -6.200 del
ejército colonial de Morillo con los 5.000 del ejército patriota- se llega a la
cifra dada en el artículo.
* Bolívar sale de Angostura embarcado por el
Orinoco hacia el río Apure a encontrarse con Páez el 02.03.1819, no el 24 de
febrero. Llega a Araguaquen el 10.03.1819, con 450 infantes de la legión
extranjera y 100 venezolanos.
* Los revolucionarios batieron a Morillo y La
Torre en Achaguas y los hubieran aniquilado si Bolívar hubiese sumado sus
tropas a las de Páez y Mariño”. Condicional muy extraño en la literatura de
Marx, en todo caso muy difícil de realizar por los supuestos falsos en los que
se basa. Veamos:
Después de varias
acciones de desgaste, los llaneros apureños aglutinados por Páez derrotan la
caballería de más de mil jinetes comandados por Morillo en presencia de Bolívar
el 02.04.1819, en el sitio denominado Las Queseras del Medio (situado a más de
70 Km de Achaguas), poblado a donde se retira el jefe colonial Morillo para
seguir retrocediendo luego hasta Calabozo.
Mientras que
Mariño, después de las derrotas propinadas por Morillo en sus territorios de
Güira en 1817, continúa oponiéndose obstinadamente al mando de Bolívar y se
reduce a operar con un centenar de hombres en el extremo oriente venezolano a
más de 700 Km de donde estaba el ejército patriota. De manera que “las tropas
de Páez y Mariño” sólo estuvieron unidas en las letras del artículo. Además de
que en Achaguas no hubo ningún combate.
* La invasión a la Nueva Granada comienza prácticamente
en Mantecal el 27.05.1819 y concluye 75 días después con la entrada de Bolívar
a Bogotá el 10.08.1819 a eso de las cinco de la tarde, no como se escribe el 12
de agosto de 1819; después de haber recorrido cerca de 1.200 Km, marchando por
ardientes llanuras inundadas, vadeado ríos inmensos y escalado las gélidas
montañas de Boyacá, en las más penosas y difíciles condiciones, para caerle al
cuartel general del mando colonialista en el Virreinato de la Nueva Granada,
por sorpresa y por donde menos se esperaba, en una maniobra que todavía asombra
a propios y extraños.
* El artículo confunde la ciudad fortificada
de Cartagena con el puerto fluvial de Mompós situado a más de 150 Km al sur;
pues el virrey Sámano, después de la derrota de Boyacá se refuta en Cartagena
por más de un año y no en Mompós.
* Bolívar se reúne con Páez en Canalete el
03.12.1819 y no en Mantecal un mes antes. Al día siguiente se encuentra con
Sucre en el río Achaquiro, también muy lejos de Mantecal, en donde el artículo
ubica el encuentro.
* Para fines de 1819, el ejército
colonialista de Morillo desplegado en Venezuela, sin contar las tropas que
tenía en la Nueva Granada, era de aproximadamente 15.700 soldados. En ningún
momento estuvo “reducido a 4.500 hombres”.
* ”Habiéndose retirado Morillo a San
Fernando de Apure en dirección de San Carlos, Bolívar lo persiguió hasta
Calabozo”: Nada de eso es cierto. Después de Las Queseras del Medio, como se
vio, Morillo a principios de abril de 1819 se retira a Achaguas para continuar
hacia Calabozo, de donde pasó a Valencia. Es a mediados del año siguiente que
Morillo, después de haber estado en Caracas, fija su cuartel en San Carlos.
Bolívar entretanto no lo persigue porque sencillamente continúa su plan de
invadir a la Nueva Granada, mientras Páez se queda en el Apure.
* ”Si Bolívar hubiese avanzado con
resolución, sus solas tropas europeas habrían bastado para aniquilar a los
españoles, pero prefirió prolongar la guerra cinco años más”. Este párrafo
condicionante y falso, ajeno a cualquier pensamiento dialéctico y materialista
de la Historia, habituado a analizar procesos reales y complejos de lucha entre
clases sociales, descarta, para mí, plenamente la autoría de Carlos Marx.
Si Adán no se
hubiera comido la manzana que le ofreció Eva, estaríamos en el paraíso. ¡Esto
es escolástica especulativa, no dialéctica y menos materialista! Y lo peor es
que un proceso social anteriormente caracterizado como “revolución“, que se
estaba definiendo por las armas, se pudiera forzar a concluir con suposiciones
o fantasías, y la voluntad de una sola persona con medio millar de legionarios
extranjeros (que era el número reconocido por el artículo para los legionarios
extranjeros acompañantes de Bolívar).
Esto contradice no
solo la realidad (se necesitaron cinco años más de campaña y un verdadero
ejército de cerca de 15 mil soldados patriotas en Ayacucho), sino que también
contradice totalmente lo que el mismo Marx había escrito, enseñado y practicado
desde hacía más de una década: ¡La historia es obra real de los pueblos en
lucha!
La realidad
histórica que Marx debió conocer ya concluida, y sobre la cual se supone
escribió el artículo en comento, dejó claramente demostrado que la poderosa máquina
militar del colonialismo español en América necesitó, después de la batalla de
Las Queseras del Medio, referida en el artículo, un poco más de cinco años y
medio para ser derrotada definitivamente:
El ejército
patriota conducido por Bolívar debió invadir la Nueva Granada, triunfar en
Boyacá el 07.08.1819, liberar Cartagena el 01.10.1821, volver a Venezuela y
triunfar en Carabobo (24.06.1821), para de nuevo marchar hacia el sur, al
corazón del imperio español.
Liberar la
provincia de Pasto con la batalla de Bomboná (07.04.1822), luego a Quito en
Pichincha (24.05.1822), para destruir totalmente el ejército de más de 15 mil
soldados que tenía el virrey La Serna acantonado en el Perú, en los helados
Andes con las dos magistrales batallas de Junín (06.08.1824) y Ayacucho el
09.12. 1824.
Pero regresemos al
texto en cuestión:
* Quien persuadió a Bolívar de la creación
de la Gran República de Colombia, fue Miranda en Londres durante su encuentro
en 1.810, con su proyecto de la gran Colombia y no el doctor Roscio en
Angostura nueve años después.
* El 20.01.1820, Bolívar no estaba en San
Fernando sino a muchas leguas a distancia en San Juan de Payara.
* El artículo da a entender que conoció el
texto del armisticio firmado, como dice su encabezado, entre los gobiernos de
España y Colombia. No se entiende, entonces, por qué se escribe que “no figura
una sola mención a la República de Colombia”.
* En la batalla de Carabobo (24.06.1821),
Páez dirigía la segunda división de más de 1.500 jinetes constituida por el
batallón Bravos de Apure y 12 escuadrones de llaneros. No es cierto que
estuviera a “la cabeza de una fuerza constituida fundamentalmente por la legión
británica”, pues ésta, por razones estratégicas, nunca sobrepasó los mil
infantes y en este combate estuvo comandada por el oficial Tomas Farriar, quien
murió en el combate.
* Cartagena no capituló el 21.09.1821 ante
Santander. Los realistas se rindieron diez días después de lo escrito, el
01.10. 1821 ante el oficial patriota Montilla.
* La batalla por el lago de Maracaibo ganada
por Padilla se libró el 24.06.1823, y no en agosto. La rendición definitiva de
Puerto Cabello “no fue obra de Padilla en julio de 1824”, sino de Páez el
10.11.1823.
* El congreso de Cúcuta no inauguró sesiones
en enero de 1821, sino en agosto de ese año y la Constitución no fue promulgada
en agosto sino el 3 de octubre del mismo año.
* El congreso de Lima le confirió poderes
especiales a Bolívar, no el 10.02.1823, sino exactamente un año después.
* La Constitución Boliviana rigió al Perú,
no “unas pocas semanas” sino 11 meses: del 16.08.1826 al 11.06.1827.
* Nunca Bolívar acusó a Páez ante nadie más
que la Historia en sus cartas. La acusación ante el Congreso de Colombia la
presentó el intendente de Venezuela Juan Escalona en 1826 instigado por F. de
P. Santander, en una de esas intrigas leguleyas típicas del llamado hombre de
las leyes.
* Bolívar regresó del Perú a la Nueva
Granada con una comitiva civil, la que el artículo confunde con 1.800 soldados
peruanos.
* Al Congreso Anfictiónico de Panamá
realizado el 22.06.1826 no asistieron ningunos delegados “plenipotenciarios”
del Brasil, ni de La Plata (Argentina).
* La convención de Ocaña se instaló el
09.04.1828 y no un mes antes como se dice. Además “la casa de campo situada a
unas millas de la ciudad de Ocaña”, desde donde Bolívar siguió el curso de la
fracasada reunión, era nada menos que el centro de la hermosa ciudad de
Bucaramanga.
* A fines de marzo de 1830, Bolívar no pudo
enfrentarse a Páez, pues se encontraba en Bogotá con signos evidentes de su
enfermedad tuberculosa consuntiva. Desde donde salió el 8 de mayo hacia la
Costa Caribe en su último viaje, magistralmente narrado por García Márquez.
* Finalmente, Bolívar no falleció
“repentinamente”. Según los informes publicados por el farmaceuta francés Próspero
Reverand, quien hizo las veces de médico del Libertador y también realizó su
necroscopia, Bolívar tuvo un deterioro muy grande de sus condiciones físicas y
la consunción, como se llamaba la tuberculosis en ese entonces, lo había
forzado 17 días antes de su muerte a ser transportado en una silla de manos por
no poderse valer por sí mismo.
Su extraña agonía,
que hoy se investiga si fue provocada por envenenamiento médico premeditado
para que no abandonara a Colombia, fue larga, penosa y esperada, al extremo que
F. de P. Santander, quien se hallaba en Europa desterrado porque el propio
Bolívar en su grandeza le había conmutado por destierro la pena de muerte
después de haberse confirmado su autoría en “la intentona para asesinarlo en su
propio dormitorio en Bogotá de la cual Bolívar se salvó porque saltó de un
balcón en plena noche y permaneció agazapado bajo un puente” como dice el
artículo sin fechar (lo que realmente ocurrió el (25.09.1828) después de la
convención de Ocaña), dejó escrito en su diario este lacónico alivio: “Murió
Bolívar”.
Uno de los primeros
hispanoamericanos que criticaron este artículo fue el dirigente comunista
colombiano Gilberto Vieira, quien hace serios reparos al mentado artículo y
logra rescatar el estudio de la vida y obra de Simón Bolívar como parte
esencial de la lucha del pueblo trabajador hispanoamericano contra el
colonialismo.
Simultáneamente, el
escritor venezolano Jerónimo Carrera confirma que a pesar de que las fuentes
inglesas citadas en la bibliografía son adecuadas, el articulista escogió
deliberadamente “La Historie“escrita con gran resentimiento por el oficial
francés Ducoudray-Holstein, espacialmente adversa y deformatoria de la vida de
Bolívar.
También se ocupó de
este especializado tema otro historiador colombiano, Uribe Celis, en los 80 del
siglo pasado, quien, bajo el impacto que produjeron las dictaduras militares de
la seguridad nacional del llamado Cono Sur de América, a pesar de señalar con
gran propiedad los grandes errores del artículo, prefiere validarlo con el fin
de “Desentrañar la intención subyacente de Marx y el sentido que puede tener
para nosotros los latinoamericanos de hoy”, y así explica cómo Marx en este
artículo, al intentar derrumbar el mito liberal de Luis Napoleón, destruye en
la interpuesta persona del Libertador lo que califica muy superficialmente como
“bonapartismo (dictatorial) de Bolívar”, para luego estirar bastante el
argumento hasta llevarlo a cubrir a los déspotas caudillos militares
latinoamericanos, quienes apoyados en las bayonetas dominaron en todo el
continente durante el siglo XIX y parte del siglo XX.
Concluyendo con
esta sentencia: “Marx se equivocó en todos los detalles pero no estuvo, como se
ha creído con ligereza, tan distante de la verdad en buena parte del fondo del
asunto”.
Para la fecha
citada de 1858, Carlos Marx residía en Londres y su amistad inquebrantable con
Engels estaba sellada desde hacía 14 años. Ya había publicado sus más
importantes obras históricas y filosóficas, tenía madurada su concepción
Critica de la Economía Política, pues las llamadas “Grundrisse” estaban
concluidas y su obra cumbre El Capital iba muy avanzada. Tenía publicado el
Manifiesto Comunista para su partido político internacional, en donde entre
otras cosas caracterizaba de una manera insuperable el sistema colonial del
capitalismo industrial liderado en ese momento por Inglaterra.
La revolución
liberal de 1848 había dejado sus duras enseñanzas a los obreros europeos y Marx
había analizado, desenmascarando directamente sin necesidad de recurrir a otras
personas y con lujo de detalles, el “bonapartismo” de Luis Napoleón en
magistrales obras sociológicas como el 18 Brumario y la Lucha de Clases en
Francia. Había denunciado a las cortes europeas coaligadas en la reaccionaria
Santa Alianza y los intentos europeos de crear imperios retardatarios y caducos
en México, Brasil y los Andes. Sus importantes textos analíticos sobre la
revolución en España eran conocidos.
Se había referido
con clarividencia excepcional al papel del colonialismo inglés en China y la
India y a la utilización por parte del sistema colonial del capitalismo
mundial, del trabajo de los negros esclavos, en las grandes haciendas y grandes
plantaciones del Brasil, el Caribe tanto inglés como español y en el Sur de los
Estados Unidos, describiendo una singular clase social de
“capitalista-esclavista-latifundista” que esta modalidad de explotación
engendraba, y las implicaciones que esto tenía en el proceso de expansión del
capitalismo industrial del Norte, sobre las grandes plantaciones algodoneras
del el Sur y sobre el desarrollo de la guerra civil norteamericana.
Conocía de la
revuelta de los esclavos en Haití después de la revolución francesa de 1789 y
su estado de sublevación permanente en todo el Caribe contra sus propietarios,
y por sobre todo, tenía acostumbrados a sus lectores, camaradas y discípulos, a
sólidas y lógicas explicaciones dialécticas sobre la lucha de clases sociales
como premisa para cualquier análisis histórico social.
Con un acumulado
así, ¿cómo es posible que Marx hubiera escrito un artículo tan deforme,
superficial, falso y volátil como este que venimos comentando?
Que hubiera hecho
referencias en varias ocasiones dentro de ese texto, a “la revolución, los
patriotas, la revolución suramericana, los revolucionarios”, etc., sin ninguna
contextualización histórica ni social; sin decir nada acerca del tipo de
revolución que se estaba definiendo en esa guerra, las clases sociales enfrentadas:
si era una revolución patriótica que se definía con la “expulsión definitiva de
los españoles”, o una revolución social en cuyo fondo estaban los problemas de
la utilización por parte del sistema colonial del capitalismo mundial del
trabajo de los negros esclavos en los grandes latifundios de plantación
venezolana y del Caribe o en las minas de oro la Nueva Granada, junto con el
problema del trabajo de los indígenas americanos, unos “mitayos” (forzados) en
las minas el Perú y el Potosí y otros, “tributarios (siervos) en las grandes
haciendas herederas de las encomiendas coloniales. Tema esencial de un análisis
Marxista, que solo se toca en todo el texto con la frase superficial de “la
promesa de liberar a los esclavos hecha al presidente haitiano Petión”.
Desde 1800 era
sabido por las obras del geógrafo ilustrado alemán von Humboldt que la
parasitaria Corona española pagaba a Inglaterra y Francia la decadencia de su
imperio y trasfería a los mercados capitalistas desarrollados del Atlántico
Norte todo el oro y la plata que sacaba a la fuerza de las montañas
suramericanas con el sudor y la sangre de los esclavos negros y mitayos
indígenas. Además que se lucraba con el inmisericorde mercado de esclavos
llevados por millares a sus colonias americanas, y en general de todas las
inmensas riquezas que negros e indígenas producían en las ricas colonias
hispanas.
También para la
época en que se escribió el artículo en cuestión, debido a la amplia propaganda
que habían realizado los románticos liberales europeos con quienes Marx
polemizaba constantemente, era de conocimiento público, o mejor de debate
internacional, que la libertad de los esclavos era un punto álgido en el
proceso de independencia en toda América. Bastaba leerlo en los decretos
expedidos por Bolívar, o en su defecto en la Constitución boliviana que el
articulo da a entender había leído en detalle, cuando la califica de simple
“code Napoleón”.
¿Cómo no referirse
a ello, mientras hay una explanada crítica sobre las tendencias dictatoriales
del personaje biografiado basándose en esa Constitución?
“Descendía de una
de las familias mantuanas, que en la época de la dominación española
constituían la nobleza criolla en Venezuela. Con arreglo a las costumbres de
los americanos acaudalados de la época, se le envió a Europa a la temprana
edad…”. Se lee como única mención a una clase social en todo el texto. Si hay
nobleza se debe concluir que también hay peones o siervos.
Entonces, las
grandes cantidades de soldados y combatientes de ambos lados enfrentados en una
guerra y que el mismo articulista comenta, ¿de dónde salieron? ¿Eran negros
esclavos contra sus propietarios, o eran peones contra los nobles criollos?
¿Eran nobles criollos con sus peones contra nobles españoles y sus peones
traídos de España? O ¿eran” americanos acaudalados” contra no acaudalados, es
decir ricos contra pobres los que guerreaban? ¿Es ese el idioma del autor del
Manifiesto Comunista?
¿Cómo, después de
leída la carta de Jamaica de 1815, que no queremos calificar porque, si se ha
leído con seriedad, ella misma lo hace, se reduce a esta parrafada: “Una vez
llegado a este punto de refugio (Jamaica), publicó una proclama en que se
presenta como víctima de alguna fracción o enemigo secreto y defendía su fuga
ante los españoles como si se tratara de una renuncia al mando, efectuada en
aras de la paz pública”?
Bolívar siempre y
desde sus inicios hasta que fue derrotado por ellos, tuvo que luchar
empecinadamente por imponer su concepción continental (anfictiónica) y de
avanzada social en la conducción política y militar de la lucha anticolonial,
en contra de lo que llamó las ”facciones de los tiranuelos” y pequeños
caudillos militares rivales, quienes representaban los estrechos intereses
locales oligárquicos de los esclavistas y gamonales, fueran ellos
terratenientes, mineros o grandes comerciantes, dominantes en cada una de las
provincias estancos en que el colonialismo español había intencionalmente
fraccionado la producción económica en sus colonias.
Pero una vez el
colonialismo español fue derrotado irreversiblemente en Ayacucho en 1824, ya
sin la presencia del enemigo colonial que los unificó temporalmente, recogieron
las concesiones que le habían hecho a Bolívar con respecto a la libertad de los
esclavos matizándola como “libertada de vientres” y dieron marcha atrás al
proceso de reformas sociales como de la liberación de la tierra y de los
indígenas de las rígidas y regresivas trabas coloniales y eclesiásticas que
Bolívar, rebasando y sobrepasando a su propia clase social, había iniciado en
el Alto Perú después de la rendición del virrey español La Serna.
Le voltearon la
cara, se opusieron soterradamente a su proyecto de confederación continental,
le acusaron de “tirano y dictador”, asesinaron al vencedor de Ayacucho, el
mariscal Sucre, y luego atentaron contra su vida, para finalmente romper la
república de la Gran Colombia.
En Colombia, el
hacendado sabanero Manuel Del Castillo y su continuador amigo el leguleyo F. P.
Santander, asociado (poco después del atentado septembrino) con la poderosa
familia de hacendados esclavistas payaneses los Mosquera, especialmente con uno
de ellos extrañamente apellidado Obando, quien (bajo la protección legal del
mismo Santander), organizó el asesinato del más claro exponente del pensamiento
y la acción de Bolívar: el gran mariscal Sucre.
En Venezuela, sus
compañeros mantuanos Ribas, Mariño, Arismendi, Bermúdez, el mulato caribeño con
pretensiones de ser noble portugués de apellido Piar y el llanero raso Páez que
luego de convertirse en el más grande latifundista de Venezuela llegó a ser su
presidente.
En Ecuador, Flores,
hijo de un peluquero venezolano venido con el ejército patriota y que a su
sombra ascendió como alto oficial hasta emparentarse en matrimonio con las
grandes familias de latifundistas de la región hasta llegar a gobernar a esa
nación.
Y en el Perú, los
gamonales Torre Tagle, Riva Agüero y el militar guayaquileño José La Mar. Todos
lo acusaron de “dictador centralista”, como si una guerra se pudiera dirigir
sin mando central. Se declararon “antimilitaristas” con el fin de convertir en
montoneras armadas y destruir el ejército patriota grancolombiano conformado al
estilo moderno de un armeé europeo, el cual Bolívar había ido construyendo a
partir de los 70 hombres en Calamar (Barrancas) en el bajo Magdalena en
diciembre de 1812, y llevado victorioso después de 16 años de intenso y
continuo batallar hasta la puna peruana de Junín y Ayacucho, con técnicas de
combate que envidiaría cualquier mariscal noratlántico.
Los decretos
expedidos por Bolívar, después de la expedición de Haití en Carúpano en 1816,
en Angostura en 1819, en Quito después de Pichincha en 1822, en Trujillo en
1824 meses antes de Junín, y en Alto Perú después de Ayacucho en 1826 cuando se
estaba creando la actual Bolivia: otorgando la libertad total a los esclavos, y
devolviendo la tierra a las comunidades indígenas, liberando la tenencia de la
tierra junto con los campesinos de las regresivas y rígidas trabas
eclesiásticas y coloniales, estimulando la producción y creando universidades públicas
no podían seguir siendo sostenidos por mucho tiempo más y debían ser
desmontados y echados para atrás.
Los acontecimientos
desde septiembre de 1826, cuando Bolívar abandona Lima rumbo a Colombia, hasta
su triste muerte en San Pedro Alejandrino cuatro años después (17.12.1830),
sólo muestra las traiciones, conspiraciones y conjuras asesinas de que se
valieron sus antiguos compañeros de armas para desmontar y descuartizar su
proyecto de ordenamiento postcolonial de la Gran República de Colombia y de la
confederación continental hispanoamericana, descuartizándola en “patriecitas”
oligárquicas de apariencia liberal.
Para cuando se
escribió el articulo atribuido a Marx, hacía casi tres décadas el proyecto
anfictiónico bolivariano había sido liquidado con el visto bueno del gobierno
norteamericano en expansión, las Constituciones de Bolivia y de la Gran
República de Colombia no existían, y estos ”tiranuelos facciosos” imponían sus
mezquinos intereses en sus parroquias. Lo que ni siquiera merece mención en el
artículo, en un momento histórico muy comentado y analizado en Europa, porque
en el mundo entero estaban surgiendo naciones como champiñones en el bosque.
Para terminar, debo
reconocer que lo único serio que se escribe en el artículo, cuya autoría real
desconozco, es la extensa cita retratando de cuerpo entero a Bolívar, que se
hace a su final como si fuera una extensa conclusión, realizada por
Ducoudray-Holstein, quien sí conoció al biografiado cuando lo expulsó del
ejército patriota porque no le permitió lucrarse aprovechando su posición de
mando, debiendo regresar a su país a escribir la famosa diatriba y que en el
último renglón dice así:
“Oculta
magistralmente sus defectos bajo la urbanidad de un hombre educado en el beau
monde (bello mundo), y posee un talento casi asiático para conocer a los
hombres”.
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